miércoles, 24 de noviembre de 2010

Yo elijo, Tú eliges, Él elige, Ella no puede elegir.

Altas, bajas, jóvenes, aventajadas en años, analfabetas, con muchos títulos, solteras, juntadas, en pareja, con hijos o sin hijos, con trabajo o sin trabajo. Podemos clasificar a la mujeres en esos aspectos y en miles más, pero encontraremos un factor común general que todas deberían tener: la decisión de abortar o no abortar.

Sabemos que la escuela no educa en materia sexual, a pesar de que haya un proyecto de ley y que los profesores realicen cursos de formación sobre el tema que les otorgan puntos pero poco otorgan ellos de conocimiento y espacio de debate en las aulas.

Sabemos que la Iglesia rechaza estrictamente esta práctica así como también la mayoría de los métodos anticonceptivos más eficaces comprobados científicamente y aceptados a lo largo y ancho del mundo y cualquier intento de educación sexual.

Hoy en día, a pesar de la evasiva de los responsables de aplicar la ley de educación sexual y del rechazo terminante por parte de la Iglesia a todo lo relativo al tema, hay 500.000 abortos por año en el país (un 40% del total de embarazos) en condiciones insalubres que hacen que 80.000 mujeres tengan complicaciones en estos procesos, provocando que el aborto represente el 30% de las causas de muerte materna en Argentina. Esto no significa que todas las personas que abortan son ateas o practican una religión paralela a las que condenan el aborto, sino que estas mismas personas que probablemente practiquen en su mayoría el catolicismo, tienen otras necesidades que la iglesia no sabe responder: creen que no pueden criar a un chico por diferentes motivos: no están preparadas económicamente, están solas, afectaría su plan de vida (estudios por ejemplo), son víctimas de violaciones o incesto, entre otras posibilidades. Y es por esto que deben recurrir al aborto clandestino, caro y lleno de peligros a corto y largo plazo, tanto física como psíquicamente.

En 50 países (incluyendo los más desarrollados) el aborto es legal antes de los primeros 3 meses de gestación, por decisión de la mujer. Muchas veces se piensa que la despenalización provocaría el aumento de abortos, pero el caso de Holanda, donde este es legal, nos demuestra que esto no es necesariamente así (es el país con menor frecuencia de abortos del mundo, sólo se intervienen el 12,7% de los embarazos).

Muchas veces en nuestro país sentimos que lo que se habla en la calle, lo que preocupa al pueblo, no se trata en los recintos del gobierno. Por suerte, podemos tomar nota y estar atentos el 30 de noviembre del corriente año, ya que ese día a las 16 horas está previsto que se abra el debate en la Cámara de diputados por primera vez en la historia de nuestro país.

Es hora de que en nuestro país se hable del aborto, con todos los diferentes puntos de vista que pueden surgir de ahí. Es necesario que tomemos conciencia de cuánto nos afecta la penalización. Resulta muy fácil mirar mal a una mujer que decide abortar, pero nos cuesta ponernos en lugar de las miles de mujeres que tienen sus justificaciones para no tener a esos hijos, también es fácil tratarlas de desamoradas, pero muchas veces sus miedos a tener un hijo, demuestran un amor conmovedor.

Estamos por empezar a vivir quizás un momento clave, tenemos que hablar con el de al lado, entender al de dos asientos más allá y ser un poco introspectivos respecto al tema, podríamos decir paradójicamente que debemos salir del útero.


Diana Vitis

2 comentarios:

  1. Datos e información precisa, experiencias de otros países, opinión sustentada y argumentada. Un tema tan tan sensible como el aborto, se merece dichas características en una nota. Ésta lo tiene y muy bien desarrollado. Además, el final abre el lugar al lector para el debate. Lo último, todos los datos presentados, demuestran que hubo un trabajo de investigación en la cocina de la nota.
    La seguimos en clase.
    Sdos.

    Emiliano.-

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  2. Muy buena nota Diana!
    Me quedo con esta frase "Resulta muy fácil mirar mal a una mujer que decide abortar, pero nos cuesta ponernos en lugar de las miles de mujeres que tienen sus justificaciones para no tener a esos hijos, también es fácil tratarlas de desamoradas, pero muchas veces sus miedos a tener un hijo, demuestran un amor conmovedor."

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